jueves, 26 de febrero de 2015

Para estremecerte mejor

El que quiera sentir cómo el cine es capaz de estrujarte, avasallarte, dejarte exánime frente a la pantalla, a solas con tu silencio, con el susto de imaginar cuán oscuros podemos ser los humanos; el que quiera sentirlo, debe ver la película Canino (Grecia, 2009), o Colmillo, nombre con el que América Latina la recibió, comandada por Giorgos Lanthimos (Atenas, 1973).

Este drama con visos de terror psicológico y unos 96 minutos de duración, desfiló por una larga lista de certámenes cinematográficos, más de 40; y lo escogieron para competir por Grecia en los 83 Premios Oscar (2010) en el apartado  de mejor filme de idioma extranjero. Tampoco le resultaron esquivos los lauros, uno de los más renombrados fue Una Cierta Mirada (Un Certain Regard) en el Festival de Cine de Cannes, que se otorga en la homónima sección del concurso a realizaciones "originales y diferentes" que buscan el reconocimiento internacional.
Con carrera ascendente en la dirección de teatro y televisión, y otros largometrajes a su haber, Lanthimos, a veces comparado con Michael Haneke (Múnich, 1942) nos entrega una inquietante, desbastadora e inmensa cinta que por poco común ya se gana nuestro crédito, pero que no deja ahí su intento de colonizarnos, de perturbarnos.
La sinopsis anuncia problemas, y en verdad los hay: Una familia (padre, madre y tres hijos) vive en las afueras de la ciudad en su casa rodeada por un alto muro. Los vástagos, por decisión de sus padres, nunca han salido de la casa ni tenido contacto con el mundo exterior. Su educación, aficiones, juegos,… se ajustan al modelo impuesto por los progenitores. La única persona con permiso para entrar en la vivienda y romper su férreo aislamiento es Christina. El regalo que hace a una de las hijas tendrá importantes consecuencias.

viernes, 20 de febrero de 2015

Sanlope marca territorio en la Cabaña

¿Quién sabe cuántas personas hay en San Carlos de la Cabaña este viernes? Con seguridad ese guarismo se desvanece entre miles de visitantes que desde el pasado 12, día inaugural, buscan las novedades literarias y las opciones culturales de la 24 Feria Internacional del Libro, en su capítulo habanero.
Justo hoy, en alguna de las salas de la otrora fortaleza militar, la editorial Sanlope presenta seis textos. Ojalá, no pocos lectores de esos millares obvien el casi siempre veleidoso cartelito “de provincia” y se aventuren a escucharla. Si lo hacen, encontrarán un sello que, luego de desgastarse entre el blanco y el negro de sus cubiertas, ha entendido que la cuatricromía y los diseños atractivos no son una opción, sino los tonos obligatorios de esta época.
Hallarán una casa editora que hasta el último momento estuvo con el “creo en la boca”, porque los insumos no llegaban a su taller, y sin ellos muy poco se podía hacer. Por eso los títulos previstos cambiaron una y otra vez, y aunque varios periodistas tuvimos que “redecirnos” con bastante frecuencia, alentaba el hecho de que la Sanlope siguiera anunciando su presencia. Y lo logró

jueves, 12 de febrero de 2015

¡Qué viva Celina!

La Reina del Punto Cubano en una Jornada Cucalambeana acompañada
de Inocente Iznaga, El Jilguero de Cienfuegos.
Bendita, realmente bendita puede sentirse Las Tunas: Celina González (Matanzas, 1928), la Reina del Punto Cubano, paseó por aquí esa nobleza de campo que nunca perdió a pesar de las lentejuelas del éxito; aquí alzó su potente y colorida voz para sentir a este país salir por sus labios.
En cada visita dejó amigos y admiradores que lloran su partida física, acontecida el 4 de febrero pasado. Sin embargo, la tristeza no le va a un ser tan intenso como ella, por eso, mejor congratulémonos con la oportunidad de haber compartido su tiempo. Precisamente, a eso invitó la Casa Iberoamericanade la Décima este miércoles 11.
Asistieron al conversatorio homenaje escritores, promotores, periodistas, músicos, repentistas, investigadores, directivos, trabajadores del sector y tuneros seguidores de su obra. A todos, el mismo llamado: “Hablaremos de Celina, pasa por allá”. Y con la misma naturalidad de la invitación, llegaron las anécdotas, sin necesidad de tribunas o micrófonos.
A veces se trató de un instante, un mínimo instante a su lado, pero suficiente por la connotación para tacharlo de inolvidable. El poeta Antonio Gutiérrez tuvo la ventura que sus décimas Donde cuelgo la brida una vez musicalizadas, la gran intérprete las cantara. Un día, en el recinto ferial Expocuba “se me acercó y me dijo: Usted es el del caballo”, en referencia a la composición. Verla así tan diáfana y cercana fue para él muy emotivo.

viernes, 6 de febrero de 2015

Jerarquización, santa palabra

Jerarquización cultural. Algunos dirán como los “muñe” de Elpidio Valdés, “eso me suena, me suena"; otros no se tomarán el trabajo de conocer, y el grupo restante sabe o le interesa adentrarse en el tema. ¿Tiene conexión ese enunciado primero con el ciudadano común? ¿O acaso solo concierne a círculos especializados?
La expresión está más relacionada con la vida de cualquiera de lo que se piensa. En una de sus vertientes posee nexo con la calidad de las propuestas artísticas que ofrecen las instituciones culturales, las cuales deben programar con frecuencia a lo mejor del talento a su alcance para orientar al público sobre quién posicionar entre sus jerarquías, entre lo que reconocerá como valioso.
Las opciones recreativas en teatros, plazas, cines… a veces se nos anuncian como buenas, pero ¿en realidad lo son? Que como espectador aprendamos a discernir si llevan ese ribete o no constituye un proceso que empieza desde casa con todos los referentes aprendidos en el ambiente hogareño, y continúa con los que poco a poco otros espacios sociales nos inculcan.
Deberíamos preocuparnos más en la familia por saber qué entienden nuestros hijos como notable artísticamente hablando, conversar sobre ello, tener presente su generación y dialogar sin exigencias o prohibiciones. Pero los padres pueden estar preparados o no para eso, víctimas al final de las mismas carencias apreciativas que engullen hoy a sus párvulos.